Seducida, vedada… embarazada.
Andreas Karelis sabía que seducir a Isla sería un terrible error. Ella le estaba totalmente vedada. Sin embargo, en el paraíso de una isla del Egeo, ninguno de los dos pudo resistirse a aquella ilícita tentación…
Mucho después, el apasionado encuentro seguía marcado a fuego en el corazón de Isla porque estaba embarazada del heredero de Andreas. Traumatizada por el rechazo de su propio padre, Isla estaba decidida a conseguir que Andreas aceptara a su hijo.
Eso significaba que debía afrontar la terrible verdad: quería que Andreas también la reclamara a ella…
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